23.6.13

"Proof of heaven" o "La prueba del cielo", la experiencia cercana a la muerte de un neurocirujano...o alucinaciones celestiales


De vez en cuando suelo vagar por Amazon.com , sin rumbo ni objetivos concretos, fisgando entre las diferentes listas de libros más vendidos. Sobre todo porque me resulta sorprendente la enorme cantidad de obras que hay en el mercado americano y de las que no conocemos su existencia. Y en ocasiones me topo con alguna que otra sorpresa, que casi siempre acabo añadiendo a mi lista de lectura.

El último descubrimiento durante estos paseos virtuales ha sido el best seller "Proof of heaven", escrito por Eben Alexander. Un libro sobre la supuesta experiencia cercana a la muerte de su  autor, un neurocirujano. Lleva meses y meses entre los más vendidos de Amazon y en el momento de escribir estas líneas se acerca a los 5000 comentarios de lectores. Vamos, que está batiendo todos los records, así que parece que no solo en España nos gusta el maguferío.



Este sería, más o menos, el resumen de esta narración extraordinaria: Médico trabajador y brillante, buen profesional y mejor padre, familia unida y llena de amor, enfermedad muy grave, protagonista cae en coma, tiene una experiencia cercana a la muerte, momentos críticos, familia más unida y más amor, resolución satisfactoria y final feliz. Con moraleja religiosa, claro. Algo digno de telefilme-de-domingo-después-de-comer, con todos los ingredientes esperables.

Aunque tengo que confesar que no he podido terminarlo, especialmente tras llegar a un punto concreto, las páginas en las que Alexander se dedica a describir su supuesta estancia en el "cielo", que se corresponde con el periodo en el que estuvo en coma por una meningitis. Resulta que sus descripciones del entorno son sorprendentemente parecidas a las que yo hice en el relato Segunda oportunidad, que forma parte de mi libro Al abrir los ojos. En este relato irónico cuento la curiosa experiencia del protagonista tras su muerte y, como sería esperable, incluyo la descripción bastante detallada del paraíso al que llega después del fallecimiento. Y que me inventé tirando de todo tipo de tópicos sobre el tema: Luces blancas y difusas, niebla, cánticos celestiales... como las que presenció Alexander durante su coma profundo.

La causa de esta coincidencia es evidente: nuestra mente ha recurrido a los mismos recursos. Toda la imaginería y leyendas que hay sobre el tema. La mía lo hizo de forma consciente, la suya supongo que no. Y, a pesar de su formación científica, decidió inclinarse por la interpretación menos plausible. En lugar de aceptar que fueron alucinaciones, similares a otras perfectamente conocidas y documentadas en la literatura médica, decidió creer que había visto el cielo.

El popular neurólogo Oliver Sacks escribió un interesante artículo sobre el tema y sobre el libro en The Atlantic, citando una buena cantidad de casos similares y dando las explicaciones razonables pertinentes de lo que sin duda fue un proceso alucinatorio relativamente habitual. Pero me parece que a Alexander ya nadie podrá convencerle de una versión de los hechos diferente a la suya. Porque está claro que, ante todo, él quiere creer. Y esa, lamentablemente, es una motivación enormemente poderosa. Una motivación que también tienen una gran cantidad de sus lectores, por lo que he podido leer en los comentarios de Amazon.

En fin, en algunas cosas parece que seguimos como en la prehistoria. Tanta evolución y tanta ciencia desaprovechadas...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí y no. Le recomiendo "Realidad Daimónica" de Patrick Harpur para un tratamiento del tema más profundo --lo de la imaginería religiosa, no lo de las ECM.

Natalia dijo...

Hola, Centinel. Al leer tu artículo he recordado, de repente, un vídeo que tenía guardado tiempo ha para enseñártelo, y del que ya me había olvidado.
No sé si conocerás a esta escritora (yo,no), pero, desde luego, el libro parece no tener desperdicio:
http://www.youtube.com/watch?v=Ee1c6_sn3Xs
En cuanto a tu libro de relatos, al que haces referencia, hace un par de semanas o así apareció publicado en un suplemento del periódico "El Mundo" un artículo sobre unos profesores de la Universidad de Oxford (si no recuerdo mal) que habían decidido ser crionizados (cuando muriesen, se entiende): uno de ellos el cuerpo completo; los otros dos sólo la cabeza; con la esperanza de que alguna vez la ciencia permitiera al primero ser revivido, y a los otros pasar toda la información guardada en su cerebro a una computadora. ¿Te suena la idea?
Un saludo.

Centinel dijo...

Madre mía, y yo que tenía a esta escritora bastante bien considerada... Acaba de romperme los esquemas.
Natalia, no dudes que algún día conseguiremos hacer lo de pasar la información del cerebro a la computadora. Tú y yo no creo que lo veamos, pero tampoco pasará demasiado tiempo, creo yo.

Centinel dijo...

Buf, Natalia, este otro vídeo de la señora esa es alucinante...
http://www.youtube.com/watch?v=bigpYhkMTn0

Lo mejor a partir del minuto 10

Anónimo dijo...

A mi cada vez que me pinchan me da un síncope vasovagal, más comúnmente concido como lipotimia, vahído o desmayo. El caso es que durante los segundos, y a veces minutos, que estoy "fuera de juego", también me voy a un sitio blanco, luminoso y cálido del que me fastidia muchísimo que me saquen... ¿Será el cielo?

anon dijo...

A mi me resulta muy curioso este tema, siempre me ha fascinado mucho saber de ello, he buscado mil testimonios y sobretodo contrastar los con la ciencia, como el que el cerebro desprende cierta droga química que hace tener alucinaciones. Creo que no está de más tener fé en un "más allá" y que genere una sinergia en nosotros que nos permita ser mejores personas, pero por desgracia para mí, lo que creo que es la muerte es un estado similar al del sueño, una inconsciencia consciente, lo sé, es paradójico y complicado, pero para llegar a entenderlo es como cuando estás dormido, que no te enteras de nada pero tu cuerpo no tiene la sensación del estrés ni el dolor ni el malestar, eso es lo que creo que puede llegar a ser la muerte, no obstante soy joven y todos en gran parte lo somos y vamos evolucionando y supongo que cambiamos nuestra forma de ver las cosas en base a nuestra experiencia y conocimientos de allegados cercanos o de internet